Sofía Chase

Facebooktwittergoogle_pluspinterestlinkedintumblrmail

Sofía Chase (Cornualles, 1983) es graduada en Teoría del Femslash por la universidad de Torres de Malory, área en la que ha desarrollado la mayor parte de su carrera como escritora. Su estilo se caracteriza por una cantidad exagerada de descripciones y una reticencia también exagerada a usar las palabras “polla”, “coño” y “follar”. Esta habilidad para irse por las ramas le ha granjeado gran cantidad de críticas favorables por parte de su abuela, la vecina del sexto y dos de sus primos, que piensan que escribe poemas para la revista del Domund. Cuando no está perdiendo el tiempo y llegando muy justita a los plazos, la señorita Chase se dedica a dar de comer a los patos del parque y al encaje de bolillos. Actualmente vive en Matojos de Abajo con Fitzpatrick, su berberecho amaestrado, esperando el día en que Sasha Grey y Malena Morgan protagonicen un remake sin censuras de La residencia (Narciso Ibáñez Serrador, 1969), pero como no es exigente le vale cualquier internado para señoritas.

Libros en Café con Leche


P: Tu relato para Cuando calienta el sol, «Tres atardecere, está basado en un cuento popular, ¿no es cierto?

R: Sí, claramente es una versión de la historia de Rumpelstiltskin, pero la verdad es que más que el cuento clásico la versión que siempre he tenido más presente fue otra adaptación: El zarapito plateado, de Eleanor Farjeon. Se editó en la colección naranja de Barco de Vapor, aquella que marcó un montón de infancias. Lo leí tantas veces que a la hora de la verdad Liz es una adaptación de Dolly, la hermana mayor, bonita y vaga de esa historia, incluida su obsesión con los bollitos (pun intended).

P: Dices que te cuesta escribir sexo explícito, pero tu relato ha sido uno de los más apreciados por su estilo. ¿Cómo se “come” eso?

R: Lo digo y lo ratifico… Siempre he sido adicta al fundido en negro en las escenas románticas y «Tres atardeceres» ha sido mi primera incursión en la literatura erótica y explícita. Hubo muchos momentos (el 75% del relato, así tirando por lo bajo) en los que tuve que poner el piloto automático y aporrear el teclado sin pensar en lo que estaba escribiendo, porque si no no lo habría escrito. Pero me alegra mucho que haya gustado. Me mata de la vergüenza, también. Pero bien. Pero me mata.

P: ¿Cuáles son tus influencias literarias?

R: En cuanto a tema, sobre todo cosas que leí de pequeña, y en este caso más que nunca al estar tan inspirado por una historia ya existente. Quería conservar algo del estilo de los cuentos de hadas pero por supuesto al ser un relato erótico no quería que hubiera una división marcada entre «érase una vez una chica muy guapa y muy simple que trabajaba en una panadería» y «y entonces follan». He intentado que el ambiente lacio y amodorrado, muerto de calor, de un verano campestre se note a lo largo de toda la historia, y en ese aspecto la mayor influencia serían las historias de Isabel Allende y su mezcla perfecta de calor, pachorra y sensualidad, sobre todo en los Cuentos de Eva Luna.

P: ¿Qué te gustaría decirles a tus lectores?

R: Que muchísimas gracias por leer y que qué vergüenza, chavales, me tapo la cara mucho.

Facebooktwittergoogle_pluspinterestlinkedintumblrmail