Álex Hernández-Puertas

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Álex Hernández-Puertas (web) nació en Granada (España) un mes de septiembre, de padres heterosexuales. Empezó a escribir desde muy niño, aunque no escribió nada indecente hasta mucho después, por suerte para todos. También ha escrito desde teatro serio a series de travestis. Se le suele encontrar con las gafas puestas y la nariz pegada a un libro o una pantalla, cuando no a una persona (aunque para eso se quita las gafas). Actualmente vive en la indecente Alemania y escribe para videojuegos (decentes). Tiene un marido, dos gatas y numerosos amigos con derechos.

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P: Como escritor, te has movido en muchos géneros. Por ejemplo, tienes una obra de teatro llamada La reforma incompleta. Teniendo en cuenta que tu relato de Cuando calienta el sol también se llama Reformas en el dormitorio, cabe preguntarse si has vivido muchas reformas en tus casas…
R: Alguna pequeña reforma he vivido, ¡pero no tengo ningún trauma! (Risas) No, las dos historias que mencionas no podrían ser más distintas. La reforma, en ambos casos, es el vehículo narrativo: la situación inicial de la casa es insatisfactoria; sufre un doloroso proceso de transformación; y resurge al final del relato convertida en algo distinto. ¡Es la esencia del arte de contar historias!

P: ¿Cómo es escribir una historia erótica con tantas conexiones sexuales? ¿Era algo que planeaste desde el principio?
R: Buena parte de la literatura erótica presenta una sexualidad muy definida, y así se etiqueta para su comercialización: historias para hombres o mujeres heteros, o para gays, o para lesbianas, como subgéneros dentro del género. Yo quería probar a romper un poco ese esquema, a ver qué pasaba, y Cuando calienta el sol era el volumen perfecto, porque da cabida a todo y a todos. «Reformas en el dormitorio» contiene escenas, o al menos instantes, de muchos de esos subgéneros. Me arriesgaba quizá a perder al lector por puro desconcierto o por desinterés ante situaciones que «no le ponen», pero creo que el relato gana en frescura y capacidad de sorpresa. No pretendo hacer un discurso político de liberación pansexual, pero sí me gusta imaginar que algún lector, o lectora, se sorprenda excitado y curioso por combinaciones y actividades que normalmente no se le habrían pasado por la cabeza.

P: ¿Cuáles son tus autores favoritos?
R: Qué pregunta tan difícil, ¡son tantos! Pero cuando me obsesiono por un autor y me da por empaparme de su obra, me suelo cansar pronto. Disfruto más de la sorpresa de descubrir un autor nuevo y fascinarme ante una nueva forma de ver el mundo. Así, entre mis libros favoritos hay uno de Ray Bradbury y otro de Javier Marías, alguno de Shakespeare y los más conocidos de Saint-Exúpery y Neruda, y me fascinan las visiones (tan distintas) de Saramago, Palahniuk y Lovecraft, entre tantos otros. ¡No es de extrañar que luego acabe escribiendo géneros tan dispares!

P: ¿Planeas publicar alguna otra cosa en el futuro?
R: En los últimos años he sido un autor disperso, y he escrito borradores completos de varias obras que no he tenido la disciplina de pulir. Tengo en la recámara una obra de teatro de humor surrealista, una novela con gotas de ciencia-ficción que, de nuevo, tendría que encasillar dentro del thriller psicológico, y el esbozo de una serie de novelas de fantasía futurista para todos los públicos. Espero publicar al menos esas tres, como decimos los malos escritores, «si saco tiempo». ¿O alguien me da un anticipo?

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